PROYECTO FANTASMA

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por Joel Poblete

En su segundo largometraje, estrenado mundialmente el año pasado en la competencia del Festival de Rotterdam, el director y guionista Roberto Doveris propone una comedia atípica en el cine chileno, que mezcla la observación doméstica, juvenil y cotidiana con la mirada a las relaciones afectivas, la amistad, las disidencias e incluso elementos fantásticos.

Casi ocho años después de su ópera prima: “Las plantas”, que tuvo un interesante recorrido en festivales nacionales e internacionales, el director y guionista Roberto Doveris está de vuelta en la cartelera, ahora con su segundo largometraje: “Proyecto fantasma”, que también ha tenido figuración fuera de las fronteras locales. Estrenado mundialmente a comienzos del año pasado en la competencia oficial del prestigioso Festival de Rotterdam, además recibió en Buenos Aires el premio a la mejor actuación para su protagonista, Juan Cano, en el festival BAFICI.

Así como “Las plantas” era una película que se resistía a los encasillamientos al entremezclar aspectos que podrían remitir a un drama con un tono de misterio, donde también había espacio para el humor y lo fantástico, en este nuevo trabajo Doveris también propone una comedia atípica en el contexto del cine nacional y que no se parece mucho a lo que habitualmente vemos en las incursiones locales en el género. El protagonista es Pablo, un joven actor al que se le juntan varias complicaciones: terminó recientemente una relación y aunque no lo reconozca todavía no supera lo que siente por su ex, al mismo tiempo no tiene trabajo y sólo se mantiene con lo que gana haciendo de paciente simulado para estudiantes de medicina. Además, su compañero de departamento desaparece casi al inicio del filme aumentando sus complicaciones económicas, porque le debía dinero y además dejándole su perrita, unas cuantas plantas y lo que aparentemente sería un fantasma, travieso, inquieto y bueno para dar sorpresas. A Pablo lo que
más le gustaría sería actuar en cine, pero es una posibilidad lejana considerando los obstáculos que se le van apareciendo por el camino.

Esa es la línea argumental general, pero “Proyecto fantasma” es varias cosas a la vez. Es una comedia que mezcla la observación doméstica y cotidiana de personajes treintañeros, mostrando sus relaciones afectivas, sus amistades y la manera en que asumen sus disidencias, pero también incluye elementos sobrenaturales y como en “Las plantas” también algunos logrados momentos que se conectan con el erotismo y la sensualidad. El resultado es simpático, liviano y se siente fresco, a lo que contribuye la espontaneidad y buena química de su elenco, en el cual además de quienes parecen ser los protagonistas se van sumando distintos personajes en apariciones fugaces y breves pero muy singulares, donde algunos no son actores y se nota. Otros rostros provienen de otras áreas y funcionan muy bien en lo interpretativo, como la realizadora Constanza Fernández, el popular youtuber Fernando Castillo (@noestoycreici) o la cantante argentina Violeta Castillo, protagonista de “Las plantas” y una de las participantes en esa ópera prima que acá volvieron a ser dirigidos por Doveris, como el propio protagonista Juan Cano, Ingrid Isensee y Ernesto Meléndez. Y además no se puede dejar de mencionar a la adorable perrita que le dejan a Pablo en el departamento, quien entrega una de las mejores actuaciones caninas que nos ha dejado el cine chileno.

Radiografía generacional

Como propuesta va desarrollando una suerte de radiografía generacional que muestra distintas tendencias y modas actuales, desde los influencers y youtubers, las problemáticas económicas y vocacionales de los artistas, hasta las terapias alternativas y las temáticas de género. Por lo que cuenta, la manera en que lo plantea y aborda, y el tono de su humor, este largometraje puede generar opiniones a favor y en contra entre la audiencia. Claramente no tiene una vocación masiva y podría ser considerado como una producción de nicho, que apunta a cierto espectro de público y por lo mismo tiene alcance más acotado, pero justamente por eso se siente válido como algo diferente en el ámbito de la comedia fílmica local.

Sin demasiadas pretensiones y a menudo con mucho de sitcom televisiva en su enfoque, la puesta en escena y los aspectos técnicos y artísticos ayudan a que la película se sienta muy casera, con sus pros y contras, como por un lado el dinamismo de sus divertidos diálogos en los que Doveris demuestra que conoce bastante bien la realidad que está retratando, mientras por el otro un ejemplo puede ser el uso del sonido, que no siempre ayuda a entender bien todo lo que están diciendo los personajes. Pero a la vez hay elementos que están muy bien elaborados y son un aporte muy especial, como los juguetones dibujos que de manera virtual sugieren la presencia del fantasma. Hay además un adecuado manejo del ritmo y una sensación de fluidez que ayuda a transitar a los personajes de una situación a otra, además de una banda sonora que, aunque incluye algunas canciones pop, en buena parte está compuesta por música selecta de autores como Tchaikovsky, Schumann, Grieg y Fauré. En el balance, no se puede dejar de señalar que se siente que a “Proyecto fantasma” le falta más cohesión, ya que la historia central y sus personajes se difuminan, ramifican o derechamente desaparecen, lo que la vuelve más dispersa y sin un
rumbo fijo, lo que quizás va intencionalmente en sintonía con el tipo de jóvenes que está retratando, pero igual puede que eso no conecte con todos sus potenciales espectadores.

  • Título original: Proyecto fantasma
  • Director: Roberto Doveris
  • País: Chile
  • Año: 2022
  • Género: Comedia, fantasía
  • Duración: 97 minutos
  • Guion: Roberto Doveris
  • Con: Juan Cano, Ingrid Isensee, Violeta Castillo, Fernanda Toledo, Fernando Castillo, Yasmin Ludueñas, Natalia Grez, Claudio González, Ernesto Meléndez, Rocío Monasterio
  • Producción: Aura Sinclair, Roberto Doveris
  • Fecha de estreno: 18 de mayo
  • Distribuidora/Plataforma: BZ Films