Al inicio de su ópera prima que acaba de llegar a la cartelera de salas independientes a través del programa Miradoc, en imágenes grabadas hace algunos años, el realizador Pepe Rovano recorre junto a su madre el barrio de infancia en Santiago donde vivió con ella y sus abuelos. Tiempo después de eso, a los 25 años Rovano se fue a vivir a Italia «por miedo al rechazo de ser homosexual en una sociedad conservadora y machista», según explica él mismo en la voz en off que guía a la audiencia a lo largo de la película; fue entonces cuando se cambió el nombre, de José Luis a Pepe. Pero cuando tenía 35 años y su madre decide revelarle la verdad que buena parte de su vida permaneció oculta y contarle quién fue su padre biológico, el cineasta iniciará un proceso de indagación y búsqueda personal y familiar que se desarrollará a lo largo de más de una década, e irá modificando y ampliando su mirada en torno a lo que le rodea, no sólo a partir de su experiencia propia, sino además en relación con el Chile actual y su gente.
Diversos rumbos para una búsqueda
En total, este proyecto se desarrolló durante más de 14 años y el rumbo que fue tomando se vio determinado por el descubrimiento de Rovano de que su padre era un carabinero en retiro que había sido procesado y condenado por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura chilena, en particular por la muerte de seis militantes comunistas. Los caminos que asuma el director irán abordando nuevas aristas, desde los intentos de conocer y conectar con ese padre que lo abandonó sin siquiera esperar a que naciera y quien nunca había manifestado interés en saber de él, hasta la intención de Rovano de asumir un rol que sirva de reparación o al menos apoyo para los familiares de quienes fueron víctimas de su progenitor.
Aunque se trata de un trayecto tan personal e íntimo, este filme va más allá de los cada vez más recurrentes documentales autobiográficos que se han vuelto tan habituales en las últimas décadas, ya que su temática es también en buena medida un reflejo de los complejos momentos que la sociedad chilena ha estado viviendo en los últimos años y en particular en este 2023. En ese contexto, tiene mucho sentido que Miradoc lo esté estrenando y distribuyendo en el marco de la actual conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, y que llegue a la cartelera justo cuando comienza este significativo mes de septiembre.
De lo íntimo a lo colectivo
Desde lo más íntimo y personal -como la madre leyendo la última carta que le escribiera a ese hombre que amó desde que se conocieron a los 20 años en San Felipe a inicios de la década de los ’70, y luego la dejó embarazada- a lo colectivo -la conexión de Rovano con los familiares de las víctimas y, posteriormente cuando se une al colectivo internacional Historias Desobedientes, que reúne a hijos e hijas de genocidas buscando preservar la memoria y que prevalezca la verdad y la justicia-, el documental va conformando un entramado donde se abordan diversas aristas, como la relación entre padres e hijos, el patriarcado y el machismo, los pactos de silencio, las disidencias y la posibilidad de generar diálogos en medio de circunstancias que aparentemente deberían trabar cualquier intento de comunicación. Que una película que toca tantos temas al mismo tiempo, con abundantes registros en video del pasado y que se ha estado desarrollando a lo largo de más de una década, no se empantane ni se sienta enredada o sin rumbo fijo, y que pese a todo consiga tener coherencia y fluidez, es mérito tanto del realizador como del eficaz trabajo de edición de Juan Eduardo Murillo, uno de los montajistas más hábiles del cine chileno de los últimos años, como se ha podido apreciar en documentales como La once y Robar a Rodin, o en ficciones como la reciente Fiebre.
Tras su pre estreno hace unos días en la Competencia de Cine Chileno de Sanfic, donde recibió una mención especial del jurado, Bastardo: La herencia de un genocida se podrá ver en salas independientes desde Arica a Punta Arenas, y en algunas ciudades además el público podrá apreciar una experiencia de realidad virtual extendida en 360 grados, Espectrales, que a su vez también está conectada a temáticas de memoria y derechos humanos en Latinoamérica. Y en los próximos días se sumarán además los estrenos en los países coproductores del largometraje: Italia y Suecia.
- Título original: Bastardo: La herencia de un genocida
- Director: Pepe Rovano
- País: Chile-Italia-Suecia
- Año: 2023
- Género: Documental
- Duración: 79 minutos
- Guion: Pepe Rovano
- Música: Alekos Vuskovic, Sebastián Abraham
- Producción: Pepe Rovano, Stefano Tealdi, Andreas Rocksén, Kamila Véliz, Catalina Donoso
- Fecha de estreno: 31 de agosto