LA SUSTANCIA: UNA PELÍCULA INTELIGENTE SOBRE UNA TRISTE REALIDAD

Foto de Loreto González

por Loreto González

La búsqueda de la juventud eterna más que un mito es una realidad latente que, en las últimas décadas, se agudizó con la aparición de estereotipos basados en piel y cuerpos perfectos por los cuales no pasan los años. Sin embargo, la vejez es un estado natural del ser humano y, por más que intentemos retardarla, llega inexorablemente. Sin embargo, el mantenerse joven en ciertas profesiones es una obligación y este es el tema central de “La Sustancia” película dirigida por Coralie Fargeat, ganadora del premio a Mejor Guion en el Festival de Cine de Cannes de este año y con un exitoso paso por el Festival de Toronto y el reciente MUBI Fest de Buenos Aires, además que se perfila como una de las mejores del 2024.

¿Qué darías por tener una versión más joven, más guapa, más admirada de ti mismo? Una versión como la de todos esos videos que pasan por Reels y TikTok: con cuerpos tonificados, sonrisas perfectas, carismas instantáneos. ¿Cuáles serían los límites que cruzarías por detener el paso del tiempo y ser el objeto de deseo de todas las miradas? Estas y otras son las preguntas que nos plantea, en grado extremo, en su nueva película la directora francesa.

GROTESCA, PERO FASCINANTE

“La Sustancia” no deja indiferente a nadie. Es grotesca, pero fascinante y se inserta dentro de la corriente llamada “body horror”, que se define -según Wikipedia- como un subgénero del terror que utiliza cambios grotescos y psicológicamente repulsivos en el cuerpo en primer plano. En especial, se enfoca en los límites y cualidades transformadoras del cuerpo humano para crear algo que es –a la vez–, reconocible y repugnante.

A mi juicio estamos frente a una película inteligente, con un excelente guion y con actores que completan la ecuación de perfección. Demi Moore, que tiene 61 años muy bien llevados, es Elizabeth Sparkle una exmodelo y actriz de 50 años que protagoniza un show de aeróbicos en televisión. Cuando su desagradable jefe, Harvey (Dennis Quaid), en directa alusión a Harvey Weinstein, el mega productor hollywoodense acusado de violación, abuso y otros delitos similares, la llama vieja y decide reemplazarla por una estrella más joven, el mundo de Elisabeth se viene abajo.

Aturdida por la noticia y cuando conduce sufre un violento choque, que la deja en el hospital. Ahí es cuando un joven médico le ofrece una solución milagrosa: la sustancia, una inyección que produce una versión más joven de ella llamada Sue (Margaret Qualley), lista para devorar el mundo. Pero ambas versiones deben recordar algunas cosas muy importantes, especialmente, que son una misma persona y, mientras una está activa, la otra descansa, debiéndose turnar sin excepción el control de sus cuerpos cada 7 días.

En esta parte tengo el deber de advertir que el filme se pone bastante excesivo, por decir lo menos. Los detalles del proceso que provoca este supuesto mágico líquido es visualmente chocante: muchos fluidos, tejido corporal destruido e imágenes perturbadoras del cuerpo humano contorsionándose. Definitivamente, la directora no ahorra recursos en contar la historia y hacernos participes de esta aberración que mezcla el body horror con la ciencia ficción. Puedo decir que en algunas escenas uno llega a sentir el dolor y vi a muchos espectadores quitar la vista de la pantalla.

ESTAMOS FRENTE A UN NUEVO NIVEL DEL TERROR

Sin duda, La Sustancia nos lleva a un nuevo nivel cinematográfico del cine terror, si es que se puede enmarcar en esa línea. A través de un guion inteligente, hecho por la misma Fargeat, se muestra la objetivación del cuerpo femenino y los extremos a los que las mujeres son llevadas en su lucha por cumplir con los estándares de belleza impuestos por la sociedad. Es una película feminista que, a mi juicio, tiene varias lecturas y ese es su principal mérito.

Las reflexiones abarcan temas tan contingentes como la obsesión por la perfección física, que puede llevar a la deshumanización; el uso de la ciencia y la tecnología en estos procesos físicos; la decadencia física y moral de hombres y mujeres tras la búsqueda de la juventud perdida; el ideal que tenemos de una versión “mejorada” de uno mismo nos lleva a pensar que se puede convertir en una pesadilla de alienación y pérdida de control.

El principal mérito de Coralie Fargeat es tomar una idea simple y llevarla a sus extremos, apostando por el escándalo, el impacto visual y lo más increíble, en un caso táctil, sobre todo en su casi delirante media hora final, que levanta y lleva al paroxismo una historia que poco antes parecía estar cayendo en lo repetitivo con un alargue forzado. En cuanto a las actuaciones, Demi Moore se luce en un papel que le cae como anillo al dedo, incluso podría hasta pensar en una nominación al Oscar. Por otro lado, Margaret Qualley, quien está de moda desde que apareció a lo grande en “Pobres criaturas” y “Tipos de gentileza”, ambas de Yorgos Lanthimos, es la personificación de la perfección y la cosificación, y nos hace odiarla y enamorarnos de ella en partes iguales por su personalidad, egoísmo y seguridad en sí misma, también está para una nominación.

FICHA TÉCNICA

  • Título: La Sustancia (The Substance)
  • Dirección: Coralie Fargeat
  • Guion: Coralie Fargeat
  • Elenco: Demi Moore, Dennis Quaid, Margaret Qualley, Hugo Diego Garcia, Oscar Lesage, Joseph Balderrama, entre otros
  • Edición: Jerome Eltabet, Coralie Fargeat, Valentin Féron
  • Fotografía: Benjamin Kracun
  • Música: Raffertie Duración: 2 horas, 20 minutos