LA OTRA CARA DE LA LUNA: UNA COMEDIA A LA ANTIGUA

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por Loreto González

Las películas románticas están de regreso, tanto en el streaming como en el cine y “La otra cara de la luna” es una muestra más de ello y lo mejor, tiene los ingredientes perfectos para convertirse en un producto casi perfecto: protagonistas carismáticos y atractivos: Scarlett Johansson y Channing Tatum; una buena dosis de romance y humor; un contexto histórico real e interesante; un buen ritmo que sin ser excesivamente serio, igual logra desarrollar suficiente tensión, como para que uno se preocupe por los personajes y sus problemas.

Ambientada a fines de los años sesenta, en plena carrera espacial entre los Estados Unidos y Rusia, en el contexto de la Guerra Fría, Kelly Jones (Johansson) es una publicista capaz de venderle helados a los esquimales sin muchos escrúpulos, que trabaja en una agencia de Nueva York. Un día, recibe la llamada de un misterio agente gubernamental llamado Moe Berkus (Woody Harrelson), quien la contrata para trabajar para la NASA. ¿Su misión? Vender la idea de la llegada a la luna al público norteamericano, que está más preocupado por la guerra de Vietnam y que no tiene mucha fe en la organización espacial debido a varios fracasos.

UNA PAREJA DE POLOS OPUESTOS

La profesional, junto a su fiel asistente Ruby, se instala en Cabo Cañaveral y se ve obligada a trabajar con Cole Davis (Tatum), un expiloto y héroe de guerra, que es el jefe de vuelo de las misiones Apolo. La relación, como es de suponer, comienza mal porque él es un hombre que se rige siempre por las reglas y convencido de que lo más importante es el trabajo técnico y operativo. Ella, por su parte, debe vender el proyecto Apolo, devolver la confianza en la NASA y lograr financiamiento para la misión a como dé lugar, usando toda clase de subterfugios publicitarios.

Poco a poco, ambos se empiezan a entender tanto profesional, como personalmente, pero las cosas se complican cuando Moe le pide a Kelly usar un hangar para grabar un alunizaje falso… por si acaso las cosas no salen bien en la misión real en el espacio exterior.

LIVIANO, PERO CON CONTENIDO

El principal mérito del director Greg Berlanti es el gran provecho que saca de sus protagonistas, algo que ya demostró en “El club de los corazones rotos” (2000; “Bajo el mismo techo” (2010) y la elogiada “Yo soy Simón” (2018).Las debilidades que puede tener el guion son superadas con creces por los carismáticos protagonistas y las buenas actuaciones de los secundarios, partiendo por Harrelson. También, reconozcamos que muchos espectadores echaban de menos estas comedias romanticonas e inocentonas, que los hace salir con una sonrisa por haber visto algo liviano, entretenido y divertido.

Pero ojo, liviano no significa insulso o sin contenido, hay temas entrelíneas que dan para pensar como la crítica al marketing, la política y sus intereses, y el lado comercial de las misiones, con un retrato de lo que es la publicidad a toda costa y como al final todo depende de cómo lo vendas y no de lo que vendas, tanto al público como a los científicos o a los políticos.

Y no podemos olvidar el juego de verdad y mentiras, plasmado en teorías, libros y películas, que juega con la idea de que la llegada a la luna se filmó realmente en un estudio y que la dirigió Stanley Kubrick. El guion de “La otra cara de la luna” hace un par de guiños al respecto con una visión a medio camino para seguir alimentando el mito conspirativo y especulativo.

FICHA TÉCNICA

  • Título: La otra cara de la Luna (Fly Me to the Moon)
  • Dirección: Greg Berlanti
  • Género: Comedia romántica y drama
  • Producción: Scarlett Johansson, Jonathan Lia
  • Guion: Rose Gilroy
  • Reparto: Scarlett Johansson, Channing Tatum, Jim Rash, Ray Romano, Woody Harrelson, Colin Woodell, Noah Robbins, Will Jacobs
  • Música: Daniel Pemberton
  • Fotografía: Dariusz Wolski