UN LUGAR EN SILENCIO: DÍA UNO
por Joel Poblete
- Ambientada ahora en Nueva York, la precuela de los dos exitosos largometrajes previos apuesta más por el suspenso que por el terror y logra ser muy efectiva en el manejo de la tensión, en la propuesta visual y especialmente en la conexión emocional de sus protagonistas, muy bien interpretados por Lupita Nyong’o, Joseph Quinn y un gato que se roba la película.
En 2018 lo que podría haber sido sólo una película de terror más, «Un lugar en silencio», logró destacar entre la avalancha de producciones del género que llegan a la cartelera y no sólo entusiasmó al público, sino además convenció a la crítica e incluso tuvo nominaciones a premios como el Globo de Oro y el Oscar. La premisa de una familia estadounidense que debe sobrevivir en un mundo postapocalíptico intentando esquivar a unas extrañas criaturas que no les pueden ver pero tienen un oído casi absoluto, por lo que lo principal es evitar emitir cualquier sonido, contaba con buenos efectos visuales y convincentes actuaciones y como era de esperar con una historia como esta, un gran trabajo sonoro; la secuela de 2020, que por la pandemia debió postergar su estreno hasta 2021, aunque fue efectiva y tenía momentos muy logrados, ya carecía del factor novedad y pareció un poco más de lo mismo, por lo que había curiosidad por ver de qué manera se desarrollaba ahora la precuela, que ya se puede ver en la cartelera mundial: «Un lugar en silencio: Día uno».
Ya en el notable prólogo de la segunda parte se había mostrado algo de cómo fue el momento en el que estos seres alienígenas llegaron a destruir todo lo que se les cruzara y emitiera algún sonido, y esta precuela, como ya adelanta su título, se desarrolla precisamente en ese comienzo, aunque en esta ocasión la acción ya se desarrolla en un contexto más rural y a pequeña escala, sino en Nueva York, por lo que ya no tendremos como protagonista a la familia de las dos películas previas, sino a Samira, «Sam», quien padece una enfermedad terminal pero deberá sobreponerse a las circunstancias e intentar sobrevivir a como dé lugar al ataque masivo que llega desde las alturas.
MÁS TENSIÓN QUE TERROR
El director de los dos primeros largometrajes, el actor John Krasinski -quien además interpretaba al padre de la familia protagónica-, acá está presente sólo desde la producción y con la idea original del argumento, pero ahora al frente de este nuevo film como realizador y guionista está Michael Sarnoski, quien hace tres años fue muy elogiado con su ópera prima, «Pig», protagonizada por Nicolas Cage. En esta oportunidad la propuesta va más dirigida al suspenso, a la tensión que al terror que dominaba las dos anteriores. De partida, como es de esperar hay un muy buen trabajo de efectos visuales y además el diseño sonoro vuelve a ser muy importante en un trabajo como este, donde el silencio es relevante y estratégico y, como pocas veces, eso también se ve reflejado incluso en la actitud del público. Con un ritmo preciso, un buen balance entre los momentos de acción y peligro y los instantes más sensibles e intimistas, Sarnoski aporta una precuela muy por sobre el promedio de este tipo de productos y, en lo que un acierto no menor, dura poco más de una hora y media: en tiempos en los que buena parte de las grandes producciones dura más de dos horas e incluso a veces supera las tres, se agradece acá al igual que en las dos películas anteriores su duración acotada y precisa.
Hemos visto unas cuantas veces en el cine a la Gran Manzana amenazada o devastada por diversas circunstancias y, sin embargo, esta es una de las más logradas y convincentes (con ineludibles ecos a lo sucedido hace dos décadas con la caída de las Torres Gemelas), y hasta nos puede recordar a los tiempos de confinamiento obligado por la pandemia), incluso aunque en realidad la ciudad fue recreada en sets de Inglaterra, de manera muy creíble y vistosa, gracias a la gran labor de un equipo liderado por el diseñador de producción británico Simon Bowles.
LA EMOCIÓN Y HUMANIDAD DE LOS PROTAGONISTAS
Precisamente la acertada y potente visualidad, reforzada por la fotografía de Pat Scola -que sobresale tanto en los exteriores como en la oscuridad y el contraste con los elementos de luz en los interiores- es uno de los sellos distintivos de «Un lugar en silencio: Día uno» que le permite sobresalir entre tantas otras producciones similares, y sin duda el otro aspecto clave es la emoción y humanidad que aportan en sus actuaciones los excelentes Lupita Nyong’o y Joseph Quinn, dos personajes de los que no sabremos todo lo que habríamos querido y en los que tal vez se pudo profundizar aún más, pero a diferencia de otros filmes de este tipo, las interpretaciones de ambos les aportan matices y relieve a los roles, por lo que logramos empatizar con su situación y lo que están viviendo. Nos podemos llegar a conmover con el lazo que se establece entre estos dos desconocidos en medio de una situación límite y que afortunadamente no cede a los clichés en que era muy fácil caer. En particular hay que destacarla a ella: este año se cumplió una década desde que ganó el Oscar por «12 años de esclavitud», y no siempre ha podido interpretar roles tan potentes como el que tuvo en ese film o como su protagonista en «Us», por lo que esta es una gran oportunidad de volver a mostrar su talento, en un personaje que al igual que Quinn además de ser convincente en medio de situaciones de riesgo, acción y peligro, tiene el desafío de expresar mucho sin hablar demasiado, con sus miradas y su gestualidad.
Como ya se están encargando en estos días de resaltar la prensa, los críticos y los cinéfilos a través de las redes sociales, mención aparte merece Frodo, el gato (interpretado en verdad por dos felinos) que es el fiel compañero de la protagonista y deberá sobrevivir junto a ella en medio de las situaciones y peligros más extremos. Su desempeño en pantalla se roba la película y no sólo cautivará a los y las «cat lovers», sino además es muy probable que merecidamente termine siendo la actuación animal más memorable del 2024, así como el año pasado ocurrió con el perro Messi en la premiada «Anatomía de una caída». Méritos no le faltan y desde ya merece estar entre las interpretaciones felinas más sólidas que se han visto en una película.
FICHA TÉCNICA
- Título original: «A Quiet Place: Day One»
- Director: Michael Sarnoski
- Género: Drama, ciencia ficción, suspenso, terror
- Duración: 99 minutos
- Guion: Michael Sarnoski
- Con: Lupita Nyong’o, Joseph Quinn, Alex Wolff, Djimon Hounsou, Eliane Umuhire
- Música: Alexis Grapsas
- Producción: Michael Bay, Andrew Form, Brad Fuller, John Krasinski