CRÓNICAS DE UN AFFAIR

por Joel Poblete

Con excelentes actuaciones de Sandrine Kiberlain y Vincent Macaigne, este es el primer largometraje del director francés Emmanuel Mouret que se estrena comercialmente en Chile, y su historia centrada en una relación adúltera es una entrañable mezcla de comedia, drama y romance.

Nominado a premios como el César, reconocido en festivales como Montreal y elogiado por medios como la legendaria revista Cahiers du Cinéma, aunque a lo largo de las últimas dos décadas ha desarrollado una filmografía con una decena de películas en las que han intervenido algunas reconocidas figuras del cine galo, hasta ahora por estos lados el cine del actor y realizador Emmanuel Mouret sólo se había podido conocer esporádicamente en festivales (en 2007, su «Cambio de dirección» fue parte de la programación de SANFIC) o en plataformas (por ejemplo, «Señorita J» está disponible en Netflix). Ahora que llegó a la cartelera local su 11o largometraje, «Crónicas de un affair», al fin un título de Mouret se estrena comercialmente entre nosotros, y lo bueno es que es uno de sus trabajos más logrados y mejor recibidos.

LOS CONTRASTES Y COMPLEMENTOS DE UNA PAREJA

El argumento se centra en Simon y Charlotte, quienes al comienzo del film están comenzando a verse en una relación adúltera, ya que él está casado y tiene hijos y ella también es madre; de manera un poco torpe y dubitativa pero intentando ser maduros y concretos, ambos desde el principio dejan en claro que sólo será algo ocasional y pasajero y que no involucrará sentimientos, aunque como es posible sospechar, las cosas no serán tan sencillas ni todo será tan blanco y negro.

Con marcadas diferencias de personalidad, desde el principio quedan claros los contrastes entre ambos amantes (hasta podrían ser considerados una verdadera pareja dispareja), quienes si bien son distintos a la vez se complementan y consiguen desarrollar una muy particular química a pesar de lo improbable que podría parecer en un inicio. Las inevitables inseguridades, dudas e incertidumbres serán asumidas de diversas maneras por él y por ella, las percibimos a través de sus miradas, silencios y gestos; y en todo esto son fundamentales las excelentes actuaciones de sus dos protagonistas, Sandrine Kiberlain y Vincent Macaigne, quienes dan vida a los divertidos y certeros diálogos que el propio Mouret escribió junto a Pierre Giraud, así como las muy particulares situaciones que les toca vivir.

MÁS ALLÁ DE LA APARIENCIA

Guiada con buen ritmo y fluidez, la trama se estructura a través de diversos momentos que funcionan a modo de viñetas que componen los distintos días de esta crónica a la que hace referencia el título. Con un estilo que indudablemente puede recordar a cintas de directores como Woody Allen, Eric Rohmer y a cierta tradición del cine francés, Emmanuel Mouret se ha hecho conocido especialmente por sus comedias románticas que al mismo tiempo son muy reveladoras en términos sociales y psicológicos; acá lo que en un inicio parece sólo otra simpática producción más de este estilo, con encanto y que saca buen partido de manera natural y cotidiana a las locaciones parisinas, por el camino va desarrollando y profundizando distintas capas, convirtiéndose en una bella, entrañable, sensible y por momentos incluso melancólica mirada a los lazos de pareja, a lo que implica asumir compromiso o tomar decisiones, al temor a enfrentar cambios en determinado momento de la vida. Habrá tal vez quienes encuentren que el argumento se hace reiterativo o se estira más de lo necesario, pero en conjunto estamos ante un film que destaca sobre lo habitual en historias como estas, y así como es capaz de hacer reír también puede llegar a conmover y llevarnos a reflexionar.