EL BASTARDO: SÓLIDO DRAMA HISTÓRICO

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por Joel Poblete

Aunque ya pasaron los Oscar y las ganadoras -y también algunas de las nominadas que no recibieron estatuillas- todavía sobreviven en cartelera, no hay que dejar pasar otros títulos que han llegado a los cines y que no lograron ser parte de la ceremonia, aunque estuvieron muy cerca, como la danesa «El bastardo».

Desde su estreno mundial en la competencia oficial del Festival de Venecia -junto a títulos que sí llegarían a ser nominados al Oscar como «Pobres criaturas», «Maestro», «Yo capitán» y la chilena «El Conde»-, este filme ha tenido una recepción muy positiva de la crítica y cinéfilos, como se siguió confirmando con su participación en la temporada de premios: no sólo recibió tres trofeos en los Premios del Cine Europeo -Mejor Actor, Mejor Fotografía y Mejor Diseño de Vestuario-, sino además ganó nueve de las 14 estatuillas a las que postulaba en los Premios del Cine Danés, incluyendo Mejor Película y Mejor Actor. Sin duda fue la gran producción hecha en ese país estrenada el año pasado y por lo mismo no fue de extrañar que Dinamarca la eligiera su representante en la carrera al Oscar de la Mejor Película Internacional. Y, aunque finalmente no fue nominada, de todos modos logró quedar en la llamada lista corta de los 15 títulos preseleccionados. Tras verla, queda claro que méritos no le faltaban.

LOS OBSTÁCULOS DE UN COLONO

Su director y coguionista, Nikolaj Arcel, escribió el guion junto al guionista y realizador Anders Thomas Jensen, quien tiene una trayectoria que abarca casi dos décadas y de quien hace dos años se exhibió por estos lados su película «Justicieros», donde también actuaba el reconocido protagonista de «El bastardo», Mads Mikkelsen. Los dos guionistas adaptan acá una reciente novela de la autora danesa Ida Jessen para desarrollar esta trama ambientada en la Dinamarca de mediados del siglo XVIII, cuando un capitán venido a menos se ofrece ante la corte real para obtener un rango nobiliario a cambio de ser quien concrete la soberanía de la corona y establezca una colonia en una zona inhóspita e inclemente. Pero cuando llegue e intente iniciar su propósito se encontrará con diversos obstáculos, incluyendo la inclemencia del clima, los ladrones furtivos de la zona y muy especialmente la principal autoridad en esa área, un implacable y despiadado noble que se cree dueño de todas las tierras incluyendo la que quiere habitar y cultivar el protagonista.

Los conflictos que van sucediendo y las permanentes amenazas mantienen el drama y la tensión muy bien manejados por la puesta en escena de Arcel, en el sexto largometraje que dirige en casi dos décadas de carrera, que incluyen además de una incursión en Hollywood adaptando a Stephen King (en «La torre oscura», de 2017, que no dejó muy buena impresión ni al público ni a la crítica), una nominación al Oscar y al Globo de Oro en 2013 con el film «A Royal Affair», donde para variar también actuaba Mads Mikkelsen. Esta nueva historia tiene todo para ser un clásico filme épico y de temática histórica, pero además desarrolla el drama, el retrato social y la violencia e injusticia impulsada por las diferencias de clases sociales, todo lo que la convierte en una producción más interesante y valiosa de lo que daba la impresión originalmente.

Y como era de imaginar, uno de los puntos altos es la lograda actuación de su elenco, encabezado por el ineludible y habitualmente sólido Mikkelsen, quien encarna a Ludwig Kahlen con gran convicción, conformando un personaje austero, recio y estoico; como espectadores es inevitable ponerse del lado de él ante todas las crueldades e injusticias que le va poniendo en el camino el pérfido Frederich Schinkel que interpreta Simon Bennebjerg, en el rol de uno de los villanos más despreciables del cine de los últimos años. Junto a ellos, el reparto incluye a muy creíbles intérpretes en diversos papeles, destacando especialmente las mujeres que irán apareciendo en el camino del protagonista de maneras muy diversas, como Amanda Collin en el rol de la sufrida pero valiente Ann Barbara, y Melina Hagberg como Anmai, la inquieta y difícil de domar niña romaní con quien Kahlen establecerá un muy particular lazo.

VISUALIDAD CASI PICTÓRICA, MÚSICA CONTENIDA Y SUTIL

Como es de rigor en una película como esta, destaca además su ambientación de época. Acá en verdad hay un trabajo notable, desde las locaciones escogidas que reflejan tanto la naturaleza agreste como los refinados palacios de la nobleza; la pantalla grande permite apreciar la espléndida labor de la dirección de arte y en particular el diseño de producción de Jette Lehmann, quien ha trabajado con algunos de los realizadores más reconocidos del cine danés, como Thomas Vinterberg y Lars von Trier. Y todo esto resalta en especial gracias a la excelente fotografía de Rasmus Videbek, quien consigue escenas que parecen verdaderos cuadros llevados a la vida, a ese nivel está el trabajo casi pictórico con el que son retratados el día y la noche, los exteriores e interiores.

Complementando lo visual, también resalta la música incidental de Dan Romer, compositor estadounidense que ha escrito partituras para películas de directores como Cary Fukunaga y Jonas Carpignano. Además, creó la hermosa música para «Luca», la encantadora producción de Pixar que debutó por acá sólo en streaming durante la pandemia y que en estos días por primera vez se podrá ver en cines en nuestra cartelera. En «El bastardo», la tentación de crear un soundtrack épico e imponente debe haber sido alta, pero sabiamente Romer optó por un trabajo más contenido y sutil, que no cae en la grandilocuencia, salvo en los segmentos finales, donde las cuerdas ayudan a acentuar lo dramático y potente de la historia. En conjunto, todo lo anterior da cuenta de una película que merece ser vista, especialmente en pantalla grande.

FICHA TÉCNICA

  • Título original: «Bastarden»
  • Director: Nikolaj Arcel
  • Género: Drama histórico
  • Duración: 127 minutos
  • Guion: Nikolaj Arcel, Anders Thomas Jensen Con: Mads Mikkelsen, Amanda Collin, Simon Bennebjerg, Melina Hagberg, Kristine Kujath Thorp, Gustav Lindh, Morten Hee Andersen, Thomas W. Gabrielsson