YO CAPITÁN

Foto de Joel Poblete

por Joel Poblete

Recién nominada al Oscar en la categoría de Mejor Película Internacional representando a Italia, llegó en días recientes a la cartelera local «Yo capitán», que nos ha permitido reencontrarnos con el cine de Matteo Garrone, un realizador que está entre los más reconocidos de ese país en la actualidad a nivel internacional, pero al mismo tiempo es uno de los que menos fácilmente puede ser encasillado en un solo estilo, sello o temática.

LA EXITOSA Y ECLÉCTICA TRAYECTORIA DE GARRONE

Con una carrera que ya se extiende por casi tres décadas y 10 largometrajes previos, fue recién en 2008 y con el sexto de ellos que de verdad Garrone consiguió una gran repercusión internacional: «Gomorra», adaptación del comentado libro homónimo de Roberto Saviano que abordaba la trastienda de la Camorra, la temida organización criminal del sur de Italia. Fue parte de la competencia oficial del Festival de Cannes, donde recibió el Gran Premio del Jurado, trofeo que volvió a obtener cuatro años después en el mismo certamen y competencia, con su siguiente trabajo, «Reality». De vuelta una vez más y por tercera ocasión consecutiva en la competencia de Cannes en 2015, con «Tale of Tales» realizó su primer y hasta ahora único largometraje en inglés y protagonizado por figuras internacionales como Salma Hayek, Vincent Cassel y John C. Reilly; un trabajo muy particular, muy atractivo en lo visual y definitivamente no para todos los gustos, que nunca llegó a estrenarse por estos lados, pero para quienes tengan la plataforma MUBI, ahí se puede encontrar con el título casi literal «El cuento de los cuentos».

Nuevamente la competencia de Cannes fue el lugar para el debut de «Dogman», un filme bastante logrado y convincente donde su protagonista Marcello Fonte recibió el premio como Mejor Actor. Pero por si se piensa que Garrone sólo tiene éxito cuando estrena en Cannes, en 2019 su versión de «Pinocho» debutó directamente en cartelera sin pasar por festivales previos y se convirtió en su filme más taquillero; y de hecho «Yo capitán» tuvo una excelente recepción en su premiere mundial como parte de la competencia oficial del Festival de Venecia del año pasado, la misma que ganó «Pobres criaturas» y donde también fue premiada la chilena «El Conde»; en esa oportunidad Matteo Garrone obtuvo el León de Plata como Mejor Director, y además su protagonista Seydou Sarr recibió el Premio Marcello Mastroianni que cada año reconoce a un actor o actriz joven que haya destacado por su interpretación.

Posteriormente llegarían las dos nominaciones en dos de las categorías principales de los Premios del Cine Europeo (donde hace 16 años fue galardonado como director y guionista por «Gomorra»), como Mejor Película y Mejor Dirección, y además la nominación al Globo de Oro. Y todo esto desembocó en la nominación al Oscar, la primera como Película Internacional para un filme de su director, aunque al menos hace tres años su anterior largometraje, «Pinocchio», adaptación del clásico de Carlo Collodi, ya había recibido dos nominaciones en diseño de vestuario y maquillaje. Con la aplaudida trayectoria que ha desarrollado, llama la atención que previamente ninguna otra de sus producciones hubiera sido nominada al Oscar de Mejor Película internacional, y si bien esta coproducción de Italia con Bélgica y Francia no corría como preferida en una categoría donde la favorita era la que terminó ganando, «Zona de interés», de todos modos, es innegablemente un gran hito en la carrera del cineasta.

Como se mencionaba al principio, a diferencia de otros realizadores italianos actuales en los que es posible distinguir un sello o cierta identidad temática, como por ejemplo Nanni Moretti, Paolo Sorrentino, Luca Guadagnino y Alice Rohrwacher, el cine de Matteo Garrone no es tan fácil de identificar a primera vista, si pensamos que se inició con un estilo más neorrealista, pero que en «Gomorra» tuvo un carácter más de thriller y drama criminal, mientras en «Reality» y «Tale of Tales» podía recordar el estilo de Fellini o mostrar un pasado donde como en la célebre «Trilogía de la vida» de Pasolini la belleza visual se entremezclara con el sexo, la crueldad y la violencia y a la vez abordando elementos fantásticos o de cuentos, algo que sin duda también está presente en su «Pinocho». Llama entonces la atención el rumbo que adoptó ahora en «Yo capitán», por la historia que cuenta y los temas que aborda esta nueva película.

UN VIAJE LLENO DE OBSTÁCULOS

Inspirado en relatos de historias reales, el guion del propio Garrone junto a Massimo Gaudioso, Massimo Ceccherini y Andrea Tagliaferri es una mirada a un tema cada vez más presente en el cine contemporáneo y cada vez más ineludible en la realidad mundial: la inmigración y lo que significa para quienes viven esas experiencias. En este caso todo parte con dos jóvenes en Senegal, que desean irse a probar suerte en Europa, específicamente en Italia, para ahí lograr reunir dinero con el cual poder apoyar a su familia. A pesar de que les han advertido el gran riesgo que corren quienes emprenden esa travesía, inician un periplo que aunque tiene elementos de aventura e historia de superación, al mismo tiempo puede convertirse en una verdadera pesadilla considerando los peligros y obstáculos que irán surgiendo, desde atravesar el desierto e intentar salir adelante con pasaportes falsificados, hasta sobrevivir a las amenazas naturales y humanas que encontrarán por el arduo e inclemente camino.

Es un relato que conmueve y estremece, pero que a pesar de eso afortunadamente tampoco cae en el miserabilismo que a menudo abunda en este tipo de historias y, aunque es difícil ver todo esto sin emocionarse al menos un poco, «Yo capitán» no está llena de golpes bajos o excesos lacrimógenos como es tan habitual en gran parte de las películas actuales que abordan las complejidades de la inmigración. Acá hay una mirada humanista, hay elementos neorrealistas, e incluso aparece por ahí algún momento sobrenatural o fantástico.

En conjunto, pese a los prejuicios que se podrían tener, no se trata del típico film que los europeos hacen para limpiar sus conciencias, pero narrado casi desde su propio punto de vista o cayendo en muchos estereotipos y recargando las tintas, sino que se nota un intento por aproximarse más a la realidad misma. No por eso significa que estemos ante un trabajo perfecto o que no se eche de menos que profundice un poco más o que desarrolle algunos aspectos, pero de todas maneras el resultado es notoriamente mejor de lo que se podía esperar.

INTERPRETACIONES CONMOVEDORAS Y ATRACTIVA VISUALIDAD

Y entre los elementos principales por los que la película funciona tan bien para ganarse el interés y las emociones del público, hay que destacar las logradas actuaciones de su elenco, que incluye a muchos actores no profesionales o sin mayor experiencia en cine, lo que le da más realismo y credibilidad a la odisea que vemos en pantalla. No sólo eso, Garrone contó con asesores durante el rodaje que eran verdaderos inmigrantes africanos que sí lograron sobrevivir y llegar a Europa. De hecho, casi todos los extras eran personas que habían vivido historias como las que se ven en la película, lo que sin duda aporta mayor autenticidad. Pero en el centro de todo esto están los dos jóvenes cuya historia da vida a este largometraje: Seydou Sarr -como un personaje que como él se llama Seydou-, un adolescente que nunca había actuado y Moustapha Fall como Moussa, quien apenas tenía experiencias en obras teatrales de su colegio. A pesar de no tener trayectoria en el cine, ambos logran ese nivel de entrega, sinceridad y emoción, que a través de una trama donde se encuentran con diversas injusticias, abusos y obstáculos consiguen ser creíbles y afrontar un demandante esfuerzo físico, es algo digno de elogios.

Además, destaca la potente visualidad de esta historia filmada en Senegal, Marruecos e Italia, gracias a la dirección de fotografía de Paolo Carnera, quien ya dejó buena impresión hace tres años con «Tigre blanco» de Rahmin Bahrani, que por acá se estrenó en Netflix en plena pandemia, estuvo nominada a un Oscar y cuya historia ambientada en la India era fascinante y también tenía entre sus fortalezas su trabajo visual. Tanto en los interiores como en los impresionantes exteriores en pleno desierto, en los contrastes de luz entre el día y la noche, la fotografia de Carnera en «Yo capitán» nos hace apreciar su belleza al mismo tiempo que estamos conociendo una historia tan difícil y a menudo terrible, y el contrapunto o complemento de todos modos se siente efectivo y potente. En su esencia, «Yo capitán» ofrece una mirada social dura, sombría y dolorosa, donde es fácil caer en la sensación de que no hay posibilidad de salir vivos de esa odisea, pero que a pesar de todo todavía se puede reservar espacio para la esperanza. Uno de los filmes más logrados en la trayectoria de Matteo Garrone, y un trabajo que ojalá hiciera reflexionar más a quienes lo ven sobre qué mundo es realmente en el que estamos viviendo. 

FICHA TÉCNICA

  • Título original: «Io capitano»
  • Director: Matteo Garrone
  • Género: Drama
  • Duración: 121 minutos
  • Guion: Matteo Garrone, Massimo Ceccherini, Massimo Gaudioso, Andrea Tagliaferri
  • Con: Seydou Sarr, Moustapha Fall, Issaka Sawadogo, Hichem Yacoubi, Ndeye Khady Sy
  • Música: Andrea Farri

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